El mundo se impactó al volver a escuchar el término guerra y así también niños y niñas que se encuentran más conectados que nunca, quienes se enfrentan a una nueva realidad que los golpea nuevamente y por tanto, es necesario ayudarlos en sus emociones.

El conflicto que hoy se vive en Ucrania tiene a todo el mundo en alerta. Rusia comenzó una operación militar en el país, y el mundo se ha hecho eco de las imágenes de miedo y pánico que se viven en las calles de Kiev y otras ciudades de Ucrania. La comunidad internacional ha reaccionado a esta intervención de Rusia como el inicio de una guerra. Si las sanciones económicas anunciadas por la comunidad internacional hacia Rusia no la hacen retroceder en su intento, el conflicto podría escalar hacia una dimensión global.

Los medios de comunicación deben cubrir esta situación, informar de las violaciones de derechos humanos que se están produciendo y de las consecuencias que sufren las personas. Desde Chile, no somos indiferentes a esa realidad.

Pero ¿qué pasa con los niños y niñas que se ven expuestos a esas noticias? Escuchar palabras como guerra, bombardeo, pánico en las calles, afecta de manera diferente a niñas y niños, ya que la manera en que ven el mundo que les rodea no es la misma que la de las personas adultas.

Desde la ONG Good Neighbors Chile, organización dedicada a la promoción de derechos del niño, aconsejan a padres, madres o cuidadores generar espacios para escuchar, conversar y entregar contención. Para ello recomiendan (1) prestar atención a los síntomas que se observan frente una experiencia preocupante, (2) realizar ejercicios de relajación de manera individual o grupal (3) identificar los cambios que observan a su alrededor y cómo les afectan, (4) transmitir a niñas y niños lo importante que son para generar acciones positivas en situaciones de crisis y (5) sobre todo, darles tranquilidad de que se trata de una situación transitoria, en la cual pueden encontrar orientación y protección en los adultos responsables.